domingo, 29 de mayo de 2011

Rubalcaba dice que España puede salir adelante

Un joven y atleta Alfredo Pérez Rubalcaba corrió en 1975 los 100 metros lisos en 10,9 segundos. La proeza de aquel cántabro de 24 años ha servido ahora a José Luis Rodríguez Zapatero para definirle como un «esprínter» capaz de ganar las elecciones en 10 meses. O en tres días, como ocurrió en 2004, le faltó decir al presidente del Gobierno. Lo de «esprínter» es el último epíteto que se acopla a Rubalcaba, en una larga lista de adjetivos que dibujan, por sí solos, el perfil de uno de los políticos más peculiares de la democracia española: se le ha llamado calculador, maquiavélico («Maquiavelo era alumno de Rubalcaba», «twiteaba» el sábado un dirigente del PP), intrigante, «genio tenebroso», incombustible, superviviente, astuto, brillante, buen comunicador, «drogadicto del poder», «el Fouché español», Rasputín e incluso hipocondríaco, y, por supuesto, madridista a muerte.Por llamarle se ha dicho hasta que es feo, y algunos ven en su falta de telegenia una ventaja para Mariano Rajoy, que tampoco es Robert Redford, pero parece menos desgarbado. Rubalcaba (Solares, Cantabria, 1951) es todo eso y más. Es temido por sus adversarios y admirado por sus colaboradores. Y es el único capaz ahora mismo de levantar el ánimo de un deprimido Grupo parlamentario Socialista en los debates del Congreso, con su oratoria corrosiva contra la oposición y sus ácidos ataques personales a diputados del PP.

1 comentario:

  1. Ángel me ha gustado tu noticia pero creo que la deberías haber resumido más y además haber utilizado tus palabras...

    ResponderEliminar