El último eclipse total de esta duración tuvo lugar en 2000 y el próximo no ocurrirá hasta 2018.
Durante ese periodo, el Sol, la Tierra y la Luna estarán alineados y los rayos de sol no iluminarán la Luna, que se oscurecerá y cambiará de color, mostrándose de un tono naranja o rojo, dependiendo del tiempo que haga.
A diferencia de un eclipse de Sol, la Luna no se oscurecerá del todo porque recibirá luz solar indirecta refractada desde la atmósfera de la Tierra, según la NASA.
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