Ángel di María ya ve la luz al final del túnel. El extremo argentino tiene previsto reaparecer el próximo sábado en Pamplona, después de su segunda recaída de la lesión en el recto anterior del muslo derecho. Podía haber viajado a Chipre el pasado domingo, pero la prudencia de Mourinho le dejó en tierra por precaución por si volvía a recaer y no podría jugar contra el Osasuna y el Osasuna es un rival con mucha clase ya lo demostró contra el Barça ganándolo tres goles a dos. Esperemos que este sábado no vuelva a recaer con su lesión y pueda ser el que era antes dando asistencias y marcando algún gol que otro.
¡Mirad qué apetitosos!
Este lunes se cumplen 15 años de un partido inolvidable por emocionante, loco, goleador e imprevisible. Así eran y siguen siendo los duelos entre Barcelona y Atlético. El 12 de marzo de 1997 ambos equipos se midieron en el Camp Nou, en la vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey. Lo que sucedió aquella noche difícilmente se borrará de algunas cabezas, y desde luego no lo olvidará nunca Milinko Pantic, que hizo cuatro goles y ni así el Atlético pasó de ronda. Tras el 0-3 del descanso, el partido dio un vuelco total y terminó 5-4, con el Barcelona volcado y el Atlético desbordado, entregado, desfondado.
El partido de ida había terminado con empate a dos, un resultado favorable al Barcelona y que obligaba al Atlético a marcar. Todo saltó por los aires en el primer tiempo. Los rojiblancos salieron valientes y pasaron por encima del Barça. Pantic hizo tres goles, el primero tras un rechace de Baía, que no hizo desde luego su mejor partido, el segundo con un disparo desde fuera del área y el tercero de penalti. Se gustaba el Atlético, que no intuía lo que sucedería en la segunda parte.
Metió más madera Robson en el descanso y el Barcelona comenzó pronto a intimidar al Atlético. Stoichkov, que salió en el descanso, se encargó de agitar el duelo. Ronaldo hizo dos goles, la mitad del trabajo, y el Camp Nou entró en combustión. Empezó a creer en la gesta, se entró en el terreno de las noches épicas. En esas, Baía volvió a despejar mal, Caminero dejó a Pantic mano a mano y el serbio definió de cine. El cuarto gol parecía enfriar de nuevo el ambiente. El Barcelona tenía ante sí una montaña.
El Atlético tenía el partido relativamente controlado cuando apareció Figo. El portugués empalmó una volea en la frontal que entró por la escuadra, un tanto con el que el Barça recuperó la fe. El Atlético tembló y el cuadro azulgrana hizo sangre. Ronaldo igualó el duelo tras una maniobra en la frontal y un disparo raso. La remontada la culminó Pizzi tras un rechace de Molina. Lo celebró el Barcelona como la gesta que era. El equipo de Robson terminó ganando la Copa del Rey en el Bernabéu frente al Betis en la prórroga.
No se trata de indicios nuevos, sino de las pistas más sólidas sobre la desaparición y que el instituto armado había preferido mantener en secreto hasta ahora para no enturbiar la investigación. Además del Opel Corsa, que varios testigos sitúan en el descampado en el que jugaba Yeremi con sus primos a la misma hora en la que desapareció, el instituto armado ha informado de la ropa que llevaba el niño y que no había difundido hasta ahora.
El menor vestía un pantalón pirata beige caqui, un jersey color teja con letras en color naranja, zapatillas deportivas color blanco y dorado, y gafas graduadas de montura cuadrada y color azul, con las patillas amarillas. Yeremi tiene además una mancha de nacimiento en el pecho, justo debajo de la clavícula derecha.
Los investigadores también han seguido la pista de un segundo vehículo, un Renault Clio de color negro, que estuvo merodeando en la zona en aquellos días, aunque se trata de un indicio mucho menos sólido. Otro de los coches que levantaron los recelos de los testigos es otro Opel Corsa modelo GSI que también pudo verse en el barrio en actitud sospechosa.
